Tigres perdona al River Plate

Tigres era favorito, por su localía, por lo que había mostrado en semifinales y porque futbolísticamente llegaba mejor, y pudo haber ganado el partido, pero le faltó la agresividad de un tigre.

Lo que parecía iba a ser un triunfo monumental de Tigres en su casa, terminó siendo un empate que le deja la mesa servida al River Plate. Era, por lo que se vio en la cancha y por lo que había mostrado previamente Tigres en semifinales, un partido que se podía ganar, y diría que se tuvo que haber ganado. Tigres perdonó a un River que vino a encerrarse y a esperar, quien ahora descagará todo su arsenal en el juego de vuelta. Un triunfo (el cual hubiera sido merecido) le hubiera dado más posibilidades y más confianza a Tigres para ir a Argentina a ganar el título, pero ahora todo luce más complicado.

Jugar como local, y más en un torneo sudamericano, siempre pesa, en lo futbolístico y en lo psicológico. Y Tigres no supo aprovechar dicha localía. Y ahora el panorama se ha nublado; Tigres tendrá que ir a Argentina a vencer no sólo a River Plate, sino a toda Sudamérica.

Partido de ida de la Final de la Copa Libertadores 2015. Tigres podía pero no pudo. No pudo vencer a un River Plate que vino a buscar el empate, y lo hizo con una buena defensiva, con experiencia y calidad, pero logró un empate (que hasta sabe a victoria) por la poca audacia del conjunto norteño.

Era un hecho que todos esperábamos una victoria, incluyendo el propio Tigres. Se palpaba en el ambiente; la confianza se podía percibir en todo lados, y parecía que el triunfo se iba a dar cuando vimos el despliegue futbolístico de Tigres en el terreno de juego. River Plate comenzó tocando la pelota, con ciertas insinuaciones, pero minutos después, Tigres tomaría posesión del balón y se apoderaría del encuentro por completo. Pero a diferencia del partido ante el Inter, a este Tigres le faltó mucha más agresividad, mucha más decisión y echar toda la carne al asador; es decir, era obvio que el partido más importante, el juego fundamental, el que decidía gran parte de la Final, era este juego de ida, donde se tenía que sacar el mejor resultado posible, porque es un hecho que en el juego de vuelta todo estará a favor del equipo blanquinegro.

Yo sí creí que Tigres iba a salir al juego como un auténtico kamikaze, es decir, a buscar la victoria aprovechando la localía, y más cuando se dieron cuenta de que River estaba muy tirado atrás. Tigres tenía material de sobra para buscar el triunfo con más ambición, pero me parece que la camiseta de River le pesó, la respetaron demasiado y también fueron demasiados precabidos porque sabían también que un trinunfo de River sería lapidario.

Tigres fue amplio dominador del juego; jugaba en campo rival pero le faltó esa profundidad y esa contundencia de partidos anteriores --y me parece que la explosividad de Javier Aquino por las bandas, también le hizo falta--. Llegaba pero sin mucho peligro. Sólo un par de aproximaciones claras, pero en general a Tigres le costó generar poder ofensivo. Individualmente también se quedó corto. Era mucho mejor que River Plate, pero no encontró el momento para reflejar el dominio en el marcador. Y para colmo, Tigres tuvo una oportunidad clara que pudo darle otro rumbo al partido y a la Final misma, cuando Jürgen Damm, al 83', queda mano a mano con el portero, pero hace un amague de más y se pierde en la jugada. Esa, junto con un cabezazo de Sobis en el primer tiempo, fue la más clara de Tigres en el partido. A Damm le faltó experiencia y decisión. Y me parece que esta jugada de Damm fue el reflejo del rendimiento de Tigres en todo el encuentro.

André Gignac, la figura del equipo, no estuvo tan participativo (como la mayoría); por lo mismo, Tigres no consiguió romper la línea defensiva de River, lo que hizo que los ofensivos felinos se vieran relegados. También era claro que a Tigres le hubiera ayudado bastante un jugador como Guerrón, quien no estuvo debido a una enfermedad.

No fue un mal partido de Tigres, simplemente faltó arriesgar un poco más, y aún apesar del poco arrojo mostrado, pudo haber conseguido un resultado de oro. Creo que la confianza de que se podía sacar una victoria era tal, que el empate le pega anímicamente al equipo, y todo queda para el juego de vuelta, donde se necesitará algo más que buen futbol.

Para el famoso partido de vuelta, allá en Argentina, es un hecho que las cosas serán mucho más complicadas, futbolísticamente y en cuanto a temas extra cancha --los aficionados argentinos se van a lanzar sobre ambos equipos, como los aficionados de Tigres en Monterrey pero elevado a la décima potencia; que por cierto, los aficionados regios quedaron a deber en cuanto a apoyo al conjunto felino y en cuanto a ejercer presión hacia el rival, ni parecían locales; hicieron que River jugara más cómodo, ahí sí la afición de Tigres le faltó más intensidad; me parece que esa falta de agresividad del equipo se transmitió hacia las tribunas--. Decíamos que jugar como local es fundamental, te da muchas ventajas, ejerce mucha presión sobre el rival, y la localía sudamericana es única, sin igual; y la localía de River Plate le pesa y le pesará hasta a la propia CONMEBOL.

Esta paranoia con respecto al arbitraje sudamericano, no surge de la nada; hay razones y motivos para creer, para pensar que el arbitraje estará a favor del River Plate --en el partido de ida no fue tan marcado el favoritismo arbitral, pero porque el árbitro no estaba bajo presión, ya veremos en el juego de vuelta--. Esperemos que no, que el árbitro no influya, pero de que el entorno estará en contra de Tigres, lo estará. Es un hecho que la CONMEBOL no soporta ver a un equipo que no sea sudamericano, o mejor dicho, argentino o brasileño, ganar su torneo. En su mundo no cabe la idea de ver a un equipo mexicano ganando la Copa Libertadores; para ellos es contra natura, es extraño y anormal. Todo está preparado para que River, un equipo con una historia que pesa, se corone en su casa, y contra eso Tigres tendrá que luchar.

Lo más importante para Tigres, además de cuidarse del arbitraje, es tratar de dar su mejor partido de toda la Copa Libertadores, y así conseguir el ansiado título sudamericano para un equipo mexicano. Que si algo extraño no sucede, Tigres, con el futbol que ha demostrado tener, y si sale con esa ambición que se necesita para ganar, podrían conquistar el soñado campeonato. Tienen lo suficiente para hacerlo, y esperemos que lo logren.

Foto | AFP