Testigos de Jehová: por default, enemigos de la razón

"El próximo mes de abril, millones de personas conmemorarán una fecha muy importante."

Tocan a mi puerta, abro, y tres personas me sonríen (por conveniencia): eran testigos de Jehová --personas que decidieron abandonar el uso de la razón y desperdiciar su vida de la manera más atroz-- quienes venían a invitarme (adoctrinarme) a un evento tan irreal como su religión.

Luego de escuchar un brevísimo discuro pero más fantasioso que un cuento de hadas, ellos se percatan de mi disgusto por estar enfrente de este tipo de personas, y entonces me preguntan: "¿Por qué muestras esa actitud tan indiferente hacia nosotros?". Ésta pregunta tan inesperada no me sorprendió tanto, mas no así que dichas personas tuvieran la capacidad para preguntarme tal cosa.

Y yo decidí ser muy franco, y les respondí lo siguiente: "Pues porque no sé por qué debería de mostrarme amigable con los enemigos de la razón.", y ellos con una seudosonrisa en el rostro, y con cara de confusión, se me quedan mirando, y entonces prosigo a ampliarles mi respuesta:

"Me muestro indiferente ante ustedes, muestro hasta repudio hacia ustedes, porque ustedes son personas que promueven que el ser humano deje de pensar, deje de usar la razón y comience a vivir en base a unos ideales retorcidos y fantasiosos, dañinos y perjudiciales para la humanidad.

Las personas religiosas quieren que el ser humano haga a un lado su inteligencia, su intelecto y que prácticamente deje de ser una persona con cerebro.

Si ustedes fuesen personas que en lugar de repartir revistas y folletos sobre la vida de un hombre que nadie sabe si existió --y que posiblemente haya sido un esquizofrénico que los religiosos tomaron como imagen para evitar la desaparación de su religión--, y que se caracteriza por tener los ideales más asquerosos que un ser humano pueda tener, y se dedicarán a repartir folletos pero sobre los nuevos descubrimientos científicos, pequeños extractos de textos literarios; informaciòn sobre la sexualidad de las personas, sobre el medio ambiente,... Entonces no sòlo serìa amigable con ustedes, sino que los recibiría como si los conociera de toda la vida, como mis mejores amigos."

Con una evidente confusión, ellos ni entendieron y ni reflexionaron ni una sola letra de lo que dije, y cerrados a calquier opinión, con su mirada y con su actitud, me dijeron que yo estaba equivocado, y entonces mejor procedieron a despedirse. Yo también me despedí de ellos; qué tengan buen día, les dije, obviamente no entendieron el alto contenido sarcástico en mi saludo.