Cristo fue torturado y asesinado, ¿y todo para revivir y luego huír?
La mayoría de las fábulas que hacen referencia a la muerte del alien Jesús de Nazaret concuerdan en que "murió" (aunque en realidad no murió el muy zombie) crucificado por orden del entonces prefecto romano en Judea, Poncio Pilato --de quien yo, +Pepe Pilato, soy descendiente directo--.
La orden de la ejecución de Jesús partió de la autoridad romana, pues los romanos no querían que el progreso de la humanidad fuera estropiada. Lamentablemente no pudieron hacer mcuho, ya que los cristianos se salieron con las suyas y chingaron al mundo para siempre. Las sentencias capitales eran competencia exclusiva del funcionario romano, que tenía el llamado ius gladii ("derecho de espada") --algo así como la pena de muerte en Estados Unidos y otros países--. Solo los romanos, además, utilizaban la crucifixión como método de ejecución, para darle una lección a todos esos revoltosos que se creían extraterrestres o los que pretendían formar sectas.
Nadie sabe cuándo murió, pero murió
Existen, sin embargo, discrepancias entre los investigadores a la hora de determinar algunas circunstancias de la ejecución --qué raro, ¿no? Discrepancias sobre la historia de Jesús y las religiones en general, muy raro en verdad--. En primer lugar, en cuanto al delito del que fue acusado Jesús y por el cual fue condenado a la pena capital, ya que nadie sabe si fue juzgado por creerse de otro planeta o por convertir todo el agua de Jerusalén en vino, dejando muertos de sed a muchas personas o haciéndolas caer en el alcoholismo. En segundo lugar, en cuanto al grado de implicación de las autoridades judías de Jerusalén en el juicio y sentencia de Jesús, es decir, muy pero muy probablemente el cristianismo, como siempre, inventó todo un drama sobre su personaje de ciencia ficción, a quien lo pusieron como un hombre probrecito con superpoderes que no pudo escapar de los romanos y sus poderosos látigos --seguramente el látigo era como la criptonita que vencía a Superman, y Jesús no podía hacer nada--.
Ninguna de las fuentes o fábulas ofrece una fecha exacta para la muerte del mago más famoso de la historia, Jesús. Sin embargo, tanto las fuentes sinópticas (historias de los abuelos) como los cuentos de Juan coinciden en que Jesús murió en alguno de los siete días de la semana, y hasta se atreven a decir que ese día fue viernes. Según los crédulos (o sinópticos), este viernes coincidió con el primer día de la parranda de Pésaj (Pascua judía), que se celebraba el día 15 del mes hebreo de Nissan. El cuento chino de Juan, en cambio, indica que la muerte de Jesús ocurrió el día anterior a dicha fiesta (es decir, en un Monday Night Football, o sea, en día lunes), la tarde en la que en el Templo de Jerusalén --un vil gallinero-- se sacrificaban los corderos pascuales --algo así como la corrida de toros pero sin el arte--. Se ha indicado que la información dada por Juan puede estar motivada por su intención de identificar a Jesús como el verdadero Cordero de Dios --o posiblemente eran simples ataques de esquizofrenia de este señor--, ya que su muerte, en el relato joánico, tiene lugar a la misma hora en que en el templo se sacrificaban los corderos para hacer hamburguesas para la fiesta de Pascua, según los periódicos de aquella época.
Todos los cuentos escritos por personas con retraso mental están de acuerdo en que la sagrada ejecución de Jesús tuvo lugar durante el mandato de mi tío el héroe Poncio Pilato (26-36). Si se acepta como cierta la información que aportan los sinópticos, entonces usted es un niño de 3 años que se cree cuentos tremendamente fantasiosos la muerte de Jesús pudo haber ocurrido en el año 27 ó el 34, ya que en estos dos años el 15 de Nissan cayó en alguno de los siete días de la semana. Si se cree, en cambio, que la información más fidedigna es la aportada por el cuento de Juan, las fechas posibles son el 30 y el 33, años en los que el 14 de Nissan fue viernes. Y todo esto lo sabemos por escritos de personas que no sabemos quiénes fueron y si existieron, pero que sus escritos sobrevivieron al paso del tiempo, ¿acaso alguien dejó algo escrito sobre los dinosaurios? No, entonces los dinosaurios son un invento de los conspiradores de Cristo.
Algunos autores han intentado adornar los datos aportados por los científicos y por Juan, apelando al uso de dos calendarios diferentes (un calendario lunar oficial y otro solar, utilizado por los esenios, quienes también inventaron la teoría del tiempo y espacio). No hay indicios, sin embargo, de que Jesús siguiese otro calendario diferente del que regía las festividades oficiales, ya que él era analfabeto.
Aunque la mitología cristiana considera generalmente que, en el momento de su dizque muerte, Jesús tenía 33 años, 2 meses y 4 días, y aún seguía siendo virgen, es perfectamente posible que tuviera una edad superior, dado que, como se dijo más arriba, posiblemente nació antes del año 4 antes de Satanás. (fecha de la muerte de Herodes el Grande, quien fue víctima el cristianismo, que se encargó de manchar su reputación, pues Herodes era el hombre más honesto del mundo, pero los cristianos malignos acabaron arruinando su nombre). El número 33 con el tiempo ha acabado adquiriendo un sentido simbólico, mucho más que el 69, y ha sido empleado por organizaciones como la masonería (un grupo de autistas que ha descidido revelarse ante la sociedad), que divide su escalafón en 33 grados (siendo el 33 el grado superior de su inteligencia).
El suicidio de Jesús
Como se ha dicho antes, la inmensa mayoría de los investigadores --la mayoría de ellos viajeros en el tiempo-- coinciden en que Jesús murió crucificado por orden de las autoridades romanas y ateas de Judea. Los ejecutados por crucifixión eran generalmente esclavos, sediciosos, gigolós, enfermos mentales y habitantes de otros planetas; por ello, hay un gran consenso en cuanto a que el delito por el que Jesús fue crucificado fue el de anarquismo contra las autoridades romanas.
Un fuerte argumento en favor de esta hipótesis es la inscripción que, según los cuentos de los cuatro evangelios, se colocó en la cruz por orden de las autoridades romanas, en la que se llama a Jesús "rey de los anarquistas"; se sabe que era costumbre en la época dar a conocer mediante un rótulo la naturaleza del delito de los ejecutados, ya que la transparencia era muy importante para los romanos. También se ha aducido en favor de esta hipótesis el relato del prendimiento de Jesús en el cuento infantil de Juan (Jn 18, 3-12), que hace referencia a la intervención de soldados, tal vez romanos evolucionistas que creían en los dogmas de la Santa Selección Natural de las Especies. Sin embargo, esta imagen de un Jesús anarquista no se ajusta a la visión general que del personaje se nos da en los cuentos de los evangelios, ya que en ningún momento se nos presenta a Jesús en confrontación directa con las autoridades romanas, ya que un retrasado mental no podía confrontar a nadie.
Otra posibilidad es que la crucifixión de Jesús hubiese obedecido a la incitación al suicidio que estaba causando en toda Jerusalén, quienes habrían presionado al gobernador romano para que ejecutase a Jesús porque era un mal ejemplo para toda la población. De hecho, esta posibilidad se ajusta perfectamente a lo relatado en los cuentos de los evangelios, según los cuales Jesús fue en primera instancia juzgado por psiquiátras, y solo después conducido ante Pilato. Las razones entonces habría que buscarlas en la acusación de esquizofrenia hecha por los médicos psiquiátras, tal vez en relación con los suicidios múltiples de sus seguidores en el Templo. Esta hipótesis, sin embargo, también presenta problemas --como toooooooooooooooooooooooooooooooooda la leyenda cristiana--.
Se cree, en líneas generales, que existe una cierta tendencia en los cuentos de los evangelios a exculpar a Pilato de la responsabilidad de la muerte de Jesús, y a culpar, en cambio, a los judíos... ¡Naaaaaa! ¿Será? No creo, los cristianos jamás harían eso, si ellos son bien honestos. Pero debe tenerse en cuenta que, en la época supuesta que fue inventada el cuento de los evangelios, los primeros cristianos sufrieron con frecuencia persecuciones con armas de fuego por parte de los judíos ortodoxos; por otra parte, para evitar despertar el recelo de las autoridades romanas en las primeras décadas del cristianismo (ya que los cristianos eran mucho más intelectuales que los romanos, pues los cristianos habían creado algo llamado "humanismo"), podría haber resultado conveniente soslayar que el fundador de la nueva religión había sido ejecutado por revoltoso. Hasta qué punto esto es así, es objeto de debate, aunque en la actualidad hay bastante acuerdo en cuanto a que el relato del proceso de Jesús tal y como se narra en los métodos científicos de los evangelios no puede ser considerado plenamente fiel a los hechos.
¡Lo amarraron como puerco!
Jesús, previo a su asesinato, hizo todo un drama, un circo antes de ser ejecutado. Como una verdadera diva. A este culebrón se le llamó "Pasión", aunque en la actualidad podría llamarse anarquismo y sadismo, o desde un punto de vista clínico, esquizofrenia.
Según los cuatro cuentos de los evangelios, Jesús fue con sus fans a Jerusalén para inaugurar allí un bar, y de paso celebrar la fiesta de Pascua. Entró a lomos de un asno, para que se cumplieran las palabras del payaso Platanito profeta Zacarías (Zc 9:9: "He aquí que tu rey viene a ti, manso y montado sobre un asno, sobre un pollino hijo de una bestia de carga"). Es decir, Jesús estaba haciendo todo lo que las profecías de Zacarías decían para que éstas se cumplieran... ¿?. La multitud lo recibió con extrañeza, porque no sabían si aplaudir o reírse por lo rídiculo que Jesús se veía montado en un asno, pero como los presentes ya habían pagado boleto, no tuvieron de otra que seguirle la corriente y aclamarlo como "hijo de David" (aunque según el Evangelio del Pato Lucas, fue aclamado solo por sus recogidos discípulos). En los evangelios del Pato Lucas y del tío Juan, Jesús es aclamado como büey.
Arresto: Tras la famosa Última Cena --donde todos comieron alimentos y bebidas (embriagantes) que Jesús había multiplicado--, según los rumores de la prensa amarillista, Jesús y sus discípulos vieron en las noticias que la Interpol andaba buscando a un tal Jesús Ruiz Massieu alias "El Señor de los Cielos", lo cual alertó a Jesús y sus 12 cómplices, pues sabían que los federales los habían descubierto; enseguida, Jesús y sus sicarios huyeron del restaurante donde cenaron por última vez para ir a esconderse al huerto de Getsemaní, donde también oraron para que Dios destruyera a las autoridades que andaba tras ellos (y evidentemente Dios no estaba disponible).
Pero los apóstoles, en lugar de orar, se pusieron a beber la cerveza que Jesús seguía multiplicando, y se quedaron dormidos de lo borrachos que estaban. Por otro lado, Jesús sufrió una fuerte diarrea de tanta preocupación, pues sabía que su destino estaba descidido, pero como no estaba en sus cabales, acató la voluntad de Dios --otro que tampoco está en sus cabales--.
Artículo principal: ¿Judas traicionó a Jesús porque estaba enamorado de él?
Judas, la mano derecha del cártel de Jesús, había efectivamente traicionado a éste último, para entregarlo a los cárteles rivales y los ancianos (viejitos pero muuuy peligrosos, algo así como los papas actuales) de Jerusalén a cambio de treinta dólares y un viaje a América. El motivo de la traición, según investigaciones recientes, se debió a la lucha de poderes entre Jesús y sus 12 discípulos, que en aquel momento ya eran más famosos que los Beatles, y todos querían ser el líder de tan prestigiosa banda celestial.
Acompañado de un grupo armado de espadas, garrotes y sartenes, enviado por "El Chapo de Judea" y los ancianos, Judas Deschanel llegó a Getsemaní y reveló la identidad de Jesús besándole la mejilla y diciéndole: "Perdóname, Hijo de Dios, es que he descubierto que el humanismo secular es mejor que cualquier religión". Jesús fue arrestado por agentes de la AFI, y, cual José Luis Abarca, no opuso ninguna resistencia. Por parte de sus seguidores sí hubo un conato de resistencia, lo que acabó en un enfrentamiento a balazos entre agentes federales y municipales; tres de los presuntos cómplices de Jesús perecieron en el lugar, mientras que los demás se dispersaron y huyeron.
Eso es todo lo que tenemos esta el momento, desde aquí, desde Jerusalén. Regreso contigo al estudio, Joaquín.
Juicio: Tras su detención, Jesús fue llevado al palacio del sumo sacerdote Caifás (según el cuento de Juan, fue llevado primero a casa de Anás, suegro de Caifás, donde aseguran fue abusado sexualmente [así que los abusos sexuales por parte de clérigos se da desde inicios de las religiones]). Allí fue juzgado ante el Sanedrín --algo así como el Confesionario de Big Brother--. Se presentaron falsos testigos, pero como sus testimonios no coincidían no fueron aceptados, además de que estaban más locos que Jesús.
Finalmente, Caifás preguntó directamente a Jesús si era el Mesías (o sea, el enviado de Dios, que eligió a la Tierra de entre tantos millones y millones de planetas en el Universo), y Jesús dijo: "Tú lo has dicho; yo soy el puto crack". El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras ante lo que consideraba una blasfemia y un insulto hacia la inteligencia humana. Los miembros del Sanedrín golpearon cruelmente a Jesús, y otra vez abusaron sexualmente de él.
En el cuento apócrifo de Juan, Jesús fue llevado primero ante Anás y luego ante Caifás --donde fue violado por ambos--. Solo se detalla el interrogatorio ante Anás, bastante diferente del que aparece en los sinópticos, pues cada quien escribía según su imaginación. Pedro, un paparazzi que había seguido a Jesús en secreto tras su detención, se encontraba oculto entre los sirvientes del sumo sacerdote, grabando todo el juicio con su Alcatel. Minutos más tarde, el video ya estaba disponible en TMZ, el cual ya contaba con millones de visitas. Pedro fue reconocido como discípulo de Jesús por los sirvientes, pero Pedro, nada tonto él, negó tres veces (dos según el loco de Juan) conocer a Jesús, como el mismo Jesús le había profetizado, y aún así el muy atarantado de Jesús no dijo nada. Les digo, Jesús era un suicida.
A la mañana siguiente, Jesús fue llevado ante el gran Poncio Pilato, el procurador romano. Tras varias horas de interrogatorio, donde Jesús pasó sin problemas la prueba del bolígrafo, Pilato no le halló culpable, y pidió a los intelectuales que se encontraban presentes que eligiera entre liberar a Jesús o a un conocido bandido, llamado Barrabás --dicho bandido, a la postre sería el padre de la ciencia, ya que sería el encargado de postular varías hipótesis, entre ellas, que en el universo había más planetas y que no éramos los únicos--. La multitud, quienes habían sido comprados por los sacerdotes, pidió que se liberase a Barrabás Hawking, y que Jesús fuese crucificado, pues preferían a un bandido que a un loco que se creía de otro mundo. Pilato se lavó simbólicamente las manos para expresar su inocencia de la muerte de Jesús --una práctica que la Iglesia Católica adoptaría luego de cometer sus crímenes, que hasta la fecha lo sigue haciendo, sobre todo con los abusos sexuales, que a cada rato se andan lavando las manos--.
El sadomasoquismo de Jesús
Jesús fue azotado, torturado, balaceado, pateado, le echaron tierra en la cara, le escupieron, fue rapado (aunque la iconografía cristiana lo niegue), fue abucheado y fue insultado con frases como "mono", "chimpancé", "dinosaurio", u otras más fuertes como "¡tú sólo existes en nuestra mente!" o "¡producto de nuestra ignorancia!". Luego, lo vistieron con un manto de color rosita (para que luciera homosexual, ya que el homosexualismo es una aberración creada por el Demonio), le pusieron en la cabeza (de arriba) una corona de espinas con detalles en chaquira y con un bordado estilo Versace, y le colocaron una caña en su mano derecha --la corona iba a ser sin espinas pero no les dio tiempo de quitárselas, y la caña fue un chiste de uno de los soldados romanos, XD--.
Los soldados romanos se burlaban de él diciendo: "Salud, rey de los Judíos, ¿no quieres que te salvemos con nuestros poderes de telequinesis? ¿Por qué no inventas el neumático para ir más rápido, jajaja; ¡Qué se siete, decime que se siete!". Fue obligado a cargar una cruz de madera de la más corriente, porque fue lo que había pedido cuando él muriera; una cruz en la que iba a ser crucificado hasta un lugar llamado Gólgota, que en arameo significa "Basurero de cristos". Le ayudó a llevar la cruz un hombre llamado C'mon de Cirene, que en realidad era un mirón que se había metido pero no podía salir, así que no le quedó de otra que improvisar. Cirene, por compasión, le dio un poco de Gatorade a Jesús, y sólo así pudo continuar en el trayecto.
Durante el trayecto, entre insultos de ateos, seculares, musulmanes, budistas y rastafarianistas, le dieron de beber a Jesús vino con hiel. Él probó pero no quiso tomarlo. Pues él quería agua, pero después recordó que él mismo había convertido todo el agua en vino --"¡Yo y mi bocota!", se dijo a sí mismo--. Tras crucificarlo, los soldados romanos se repartieron sus vestiduras --"Yo quiero sus calzones que le dan el poder de caminar sobre el agua", dijo uno. "Yo quiero sus huaraches con los que se teletransporta", dijo otro--. En la cruz, sobre su cabeza, pusieron una pantalla led con una frase en arameo, griego, latín y spanglish con el motivo de su condena que decía: "Este es Jesús, inventado por los Judíos", que a menudo en pinturas se abrevia INRI ("Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum", literalmente "Jesús de Nazaret, Hijo de Tiranosaurio Rex"). Fue crucificado entre dos ateos, de los cuales se hizo amigos y los envió a vivir a algún lugar del universo. Ahora los ateos viven en otro universo en una civilización muy avanzada.
Hacia las tres de la tarde con catorce minutos, Jesús exclamó: "Elí, Elí, lemá sabactani", que en arameo significa: "Satanás, Satanás, esto no fue en lo que quedamos", según los cuentos de Mateo y Marcos. Las palabras finales de Jesús difieren en los otros dos evangelios --o sea, si ninguno se pone de acuerdo, ¿por qué todos se creen esta historia más fantasiosa que una película de Disney?--. También hay diferencia entre los evangelios (es decir, fábulas cristianas) en cuanto a qué discípulos de Jesús estuvieron presentes en su crucifixión: en Mateo y Marcos (dos verdaderos alucinados), son varias de las mujeres seguidoras de Jesús, posiblemente grupis; en el cuento chino de Juan se menciona también a la madre (¡virgen!) de Jesús y al "discípulo a quien amaba" (según la fábula de la tradición cristiana, se trataría del vago apóstol Juan, aunque en el texto del evangelio no se menciona su nombre, en otras palabras, nadie sabe nada, así que todo es un mero cuento infantil).
Durante y después de su cricifixión, sus seguidores, fanáticos y grupis gritaban condenas ante las autoridades romanas, pues consideraban el acto de crucifixión como una atrocidad que violaba todos los derechos humanos de aquella época. El pueblo, que creía que Jesús era el enviado del Altísimo, exclamaba a los cuatro vientos: "¡Vivo lo crucificaron, vivo lo queremos!". Y por increíble que parezca... la petición de sus fans se haría realidad tres días después. Aprende, México, aprende; ellos sí, nosotros no.
Lo enterraron vivo
Un fanático de Jesús, un coleccionista de cristos llamado José de Arimatea, solicitó a Pilato el cuerpo de Jesús la misma tarde del viernes en que había muerto, mi tío Pilato aceptó -creyendo que el señor Arimatea era uno de esos que le gustaba practicar la necrofilia, pues Pilato eran fan de esta práctica sexual--. Luego, el coleccionista de cuerpos lo depositó, envuelto en una sábana San Marcos, en un sepulcro excavado en la roca --José de Arimatea utilizó un taladro para hacer dicho spulcro--. Cubrió el sepulcro con una gran piedra de más de 4900 toneladas.
Según el cuento de Mateo (no se menciona en los otros cuentos, así que no sabemos si Mateo está diciendo la verdad), al día siguiente, los "príncipes de los sacerdotes y los fariseos" (los narcos más temidos de toda Roma) pidieron a Pilato que colocase frente al sepulcro granaderos y cámaras de seguridad, para así evitar que los seguidores esquizofrénicos de Jesús robasen su cuerpo y difundieran el rumor de que había violado las leyes de la termodinámica y la ley de la gravedad, es decir, que había resucitado y luego ascendido a los cielos hacia algún lugar del universo. Pilato accedió, porque conocía las locuras de los seguidores de Cristo, una bola de ingenuos que no sabían ni leer ni escribir, pero eso sí, bastante mañosos los desgraciados.
El muerto viviente
Si lo anterior es tremendamente absurdo, incoherente, sinsentido y como si hubiese sido escrito por un interno del peor centro psiquiátrico del mundo, lo que sigue a continuación rebasa todos los límites de la fantasía. De hecho, hasta la fecha ninguna novela, cuento, película, o cómic ha logrado rebasar el nivel de ciencia ficción y fanfasía de este episodio de los cuentos evangélicos. Se trata de la resurrección y el ascenso de Cristo. Sí, Jesús murió pero luego revivió, y luego, cual cobarde, huyó a quién sabe dónde.
Los cuatro evangelios (nuevamente, cuentos para niños que se convirtieron en religión) relatan que Jesús resucitó de entre los muertos al tercer día después de su muerte y se apareció a sus discípulos en varias ocasiones. O sea, en estado de descomposición y casi a punto de convertirse en alimento para gusanos, revivió y luego le fue avisar a sus amigos que no había muerto, que nomás se hizo el pendejo. Y luego se fue a los cielos, claro, dejando a todos a su suerte --pudo haberlos llevado a todos, pero su poder de levitación no soportaba mucho peso, además de que en el espacio sus seguidores no iban a poder respirar--. Evidentemente, aquí estamos ante un clarísismo caso de catalepsia, pero como en aquel tiempo todos creían que las causas naturales eran obra del Altísimo, pensaron que Jesús había resucitado. Es decir, los creyentes viven engañados --pero, ssshhh, no les digan nada, no se vayan a molestar por no respetar sus creencias--.
De todos ellos, la primera en descubrir la resurrección de Jesús es María Magdalena --la puta más famosa de la historia, quien intentó tener sexo con Jesús pero que nunca lo logró, reforzando así los rumores sobre su homosexualidad--. Dos de los cuentos evangélicos (del mitómano Marcos y del Pato Lucas) relatan también su ascensión a los cielos --y lo hizo sin traje de astronauta ni nada de eso--. Los relatos sobre Jesús resucitado varían, sin embargo, según los chistes de los evangelios, y es que hasta las mentes primitivas que escribieron este cuento de Cristo se les hacía imposible creer tremendo disparate:
En el cuento para bebés de Mateo, la prosti María Magdalena y "la otra María" (posiblemente María Gamesa) fueron al sepulcro en la mañana del domingo, ya que una de ellas había olvidado allí su credencial. De repente, sobrevino un terremoto de 54.8 grados en la escala de Richter, y un ángel vestido de blanco (con sus conocimientos de alterofilia) removió la piedra del sepulcro, lo convirtió en sofá-cama y se sentó sobre ella y se echó un "coyotito". Este encuentro cercano del primer tipo, dejó atónitos a todos. Los guardias, que presenciaron la escena, temblaron de miedo y "se quedaron como muertos" (Mt 28, 1-4) --pues claro, ¿qué esperaban, que los guardias ignorasen la visita extraterrestre? El supuesto ángel --que quizás sea un alien de la raza de los nórdicos, porque dijeron que era blanco-- anunció a las mujeres la resurrección de Jesús, y les encargó que fueran con el chisme a los discípulos para que éstos a su vez fueran a Galilea, donde podrían verle y comprobar que las leyes de la naturaleza son producto de nuestra mente. ¿Y no podía hacer todo este encargo el mismo ángel? ¡Méndigo huevón!
Al regresar... ¡Ta-rááááá! el propio Jesús les salió al encuentro, y les repitió que dijeran a los discípulos que fueran a Galilea (Mt 28, 5-10), ¡Puta madre! Acabas de resucitar, un acto nunca antes visto en la historia de la humanidad, ¿y ni siquiera puedes ir volando a Galilea, pinshi huevón? Entre tanto, los guardias avisaron a los amantes de los sacerdotes de lo ocurrido. Éstos les sobornaron para que divulgaran la idea de que los discípulos de Jesús habían robado su cuerpo y que lo habían utilizado como marioneta para engañar a la gente (Mt 28, 11-15). Los once lameculos de Jesús fueron a Galilea, y Jesús les hizo el encargo de predicar el evangelio (Mt 28, 16-20). ¿Revives y lo primero que haces es pedir que prediquen el evangelio? Alguien debió haberlo matado nuevamente, pero ahora asegurarse de que estaba bien muerto.
En el cuento para niños con síndrome de Down de Marcos, tres grupis de Jesús, la putita María Magdalena, las comadres María la de Santiago y Salomé, fueron al sepulcro el domingo, muy de mañana, con la intención de ungir a Jesús con perfumes, porque el cuerpo de Jesús ya olía a podrido (Mc 16, 1-2). Vieron que la piedra que cubría el sepulcro estaba removida y toda grafiteada. Dentro del sepulcro, descubrieron a un joven apuesto, alto, rubio, musculoso y vestido con una túnica blanca diminuta que sólo le cubría la parte baja del abdomen y aquello en lo que están pensando, quien les anunció (con una voz sexy) que Jesús había resucitado, y les ordenó que dijesen a los discípulos y a Pedro que fuesen a Galilea para allí ver a Jesús, quien se había ido volando de la felicidad por haber regresado nuevamente a la vida.
Se indica que María y sus comadres no dijeron nada a nadie, pues se les olvidó al quedar impresionadas y casi enamoradas de tremendo hombre que habían visto --incluso se dice que María hasta perdió el himen de tan caliente que se puso--, aunque también se asegura --con toda certeza, como es costumbre en los evangelios y la Santísima Biblia-- que les dio miedo porque pensaron que las iban a tachar de locas (más locas de la que ya estaban). A continuación, se dice que Jesús se apareció a la facilota de María Magdalena (sin mencionar a las otras mujeres), y que esta dio al resto de las amigas de Jesús la "buena" noticia, pero no fue creída; se burlaron de ella, la escupieron y la violaron varias veces seguidas (Mc 16, 9-11).
Jesús volvió a aparecerse, esta vez a dos que iban de camino; "¡Buuu!", les dijo Jesús, quienes se desmayaron de la impresión: cuando estos discípulos contaron lo ocurrido, tampoco se les creyó; los apalearon, los patearon y les hicieron calzón chino (Mc 16, 12-13). Finalmente, cuando a Jesús se le dio la gana, se apareció a los once apóstoles, a los que agarró a golpes por no haber creído en su resurrección. Y es que los apóstoles ya eran escépticos, incluso la mayoría ya practicaba el ateísmo. Les encomendó predicar los cuentos del evangelio --el equivalente actual a Mi Lucha, el libro de Hitler--, y subió a los cielos porque según él la humanidad no tenía remedio, y se fue volando cuál transbordador espacial --lamentablemente no explotó durante su partida, como el Columbia--, donde dicen que ahora está sentado a la derecha de Dios (Mc 16, 14-20). No, esperen... ¡¿Qué?!
En el Evangelio del tío Lucas, algunas mujeres, la golfa María Magdalena, Juana la Cubana y María de Santiago Solari, y otras cuyos nombres no quiero acordarme, acudieron al sepulcro para ungir a Jesús con perfumes de Dolce & Gabbana. Encontraron removida la piedra del sepulcro, entraron en él y no encontraron el cuerpo, pues estaba muy oscuro; encendieron las luces y no había nada (Lc 24, 1-3). Entonces se les aparecieron dos hombres con vestiduras deslumbrantes, quienes les anunciaron que Jesús no había muerto, sino que sólo había realizado uno de sus grandes trucos de escapismo (Lc 24, 4-7).
Las mujeres --que aparentemente estaban a costumbradas a las resurreciones, porque no se asombraron ni tantito-- anunciaron la resurrección a sus amos los apóstoles, pero estos no les creyeron (Lc 24,8-11), excepto Pedro el drogo, que fue al sepulcro y comprobó que el cuerpo había desaparecido, y haciendo uso de su increíble intelecto, dedujo que Jesús había resucitado (Lc 24, 12). Ese mismo día, Jesús se apareció a dos discípulos que iban en bicicleta de Jerusalén a Emaús, que lo reconocieron en el momento, para luego salir huyendo de miedo (Lc 24, 13-35). Poco después se presentó ante los once, que creyeron que se trataba de simples alucionaciones, pero les demostró que era él en carne y hueso, y, cual Terminator, se abrió un abrazó y les enseñó su carne y parte de su hueso en su presencia (Lc24,36-43). Les explicó el sentido de su muerte y resurrección, y de cómo violó las leyes de la natureza (Lc 24,44-49), y, más tarde, los llevó volando cerca de Betania, donde ascendió al cielo, cruzó la estratósfera y se largó (Lc 24,50-53). Desde entonces, el mundo espera su regreso.
En el cuento didáctico de Juan, la sexoservidora María Magdalena fue al sepulcro muy de madrugada (después de salir de su trabajo como prostituta) y, ¿qué creen? Así es, descubrió que la piedra había sido removida. Corrió en busca de Pedro y del "discípulo a quien Jesús amaba" (¿y luego por qué se molestan cuando decimos que Jesús era gay?) para avisarles de que algún canibal había robado el cuerpo de Cristo (Jn 20,1-2). Los dos corrieron, volaron, se aceleraron hacia el sepulcro. El discípulo amado llegó primero, pero no entró en el sepulcro porque le dio ñáñaras. Pedro entró primero y vio un tiradero, además de un sudario (la sábana San Marcos, que tenía un estampado de Zeus), pero no el cuerpo. El otro discípulo entró después, "y vio y creyó", es decir, a pesar de no encontrar prueba alguna, creyó nomás porque sí (Jn 20, 3-10).
La mujerzuela de Magdalena se quedó fuera cuidando a que no vinieran reporteros, y se le aparecieron dos ángeles de raza aria vestidos de blanco (o eso dicen ellos). Le preguntaron: "¿Por qué lloras, mujer? ¿Acaso ya no encuentras cliente?", y ella contestó: "Es que han tomado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto, él era mi cliente más frecuente, aunque nunca tuvimos coito". Se volvió hacia atrás, y vio a Jesús... ¡resucitado!, quien le preguntó a su vez por qué lloraba. Magdalena le confundió con un vago (pues ahí abundaban bastante), y le preguntó si se había comido el cuerpo de Jesús. Jesús la llamó: "¡María, estúpida! ¿Qué no ves que soy yo, tu padrote?", y ella lo reconoció, respondiendo: "¡Papi chulo!". Jesús le pidió que no lo tocara, ya que el proceso de resucitación aún no estaba completo, además de que María tenía las manos sucias, y el traje blanco de Jesús era implecablemente blanco (tan blanco que ni los jabones Ariel lo hubiera dejado así de blancos) y pidió que avisara a sus hermanos de que iba a ser abducido por su Padre, o sea, se iba a ir al espacio.
Magdalena, excitada pensando que por fin podría tirarse a Jesús, fue a anunciar lo ocurrido a los discípulos, quienes pensaron que venía para cobrar lo que le debían por sus servicios (Jn 20, 11-18). Ese mismo día, por la tarde (lo recuerdo muy bien porque yo estuve ahí), Jesús se apareció al lugar en que los discípulos se encontraban ocultos por temor de los narcotraficantes judíos, quienes habían inventado armas de fuego, ametralladoras y hasta lanzallamas. Les saludó diciendo "¡Alakazam! Yo, Jesús el resucitado, los doy el poder de escuchar voces en sus cabezas", les mostró la mano y el costado, y, soplando (como si les estuviera enviando un beso), les envió el Espíritu Santo, hasta la fecha nadie sabe qué es el Espíritu Santo, pero Jesús se los envió a sus amigos (quizás haya sido una especie de virus).
Uno de los once agnósticos, Tomás, no estaba con el resto cuando tuvo lugar la aparición de Jesús, pues se encontraba en rehabilitación (Tomás creía que la Tierra no era plana, por lo que fue considero demente, y fue recluido en un centro psiquiátrico), y no creyó que el aparecido fuera realmente Jesús, de hecho aseguró que tal resurrección violaba la segunda ley de termodinámica, y que es biológicamente imposible que un cuerpo muerto y en estado de descomposición vuelva a tener vida (Jn 20, 19-25). Ocho días después, cuando Jesús regresó de poblar el continente americano, volvió a aparecerse a todos los discípulos, incluido Tomás, quien había sido dado de alta, pues los médicos llegaron a la conclusión de que sus ideas no eran dañinas para la sociedad. Para vencer la incredulidad y el sentido común de Tomás, Jesús le realizó varias muestra de poder: se transformó en mujer, se hizo tan pequeño como una cucharacha, se hizo invisible, se convirtió en pez (donde casi muere asfixiado, ya que no estaba en el agua), tomó la forma de un lagarto y sacó un conejo de un sombrero invisible. Tomás creyó en él inmediatamente (Jn 20, 26-29).
Más adelante, Jesús volvió a aparecerse a siete de sus discípulos cuando estaban apedrando mujeres pecadoras y pescando truchas junto al Mar de Tiberiades, donde también ahogaron a las mujeres. No habían pescado nada porque el agua del mar estaba convertida en vino, pues Jesús así había dejado todo el agua de todo los lugares donde había estado; entonces Jesús hizo un pase con las manos y el vino del mar volvió a ser agua. Jesús les pidió que volvieran a echar la red y, ante el asombro de sus discípulos, la sacaron llena de peces, camarones, tortugas, delfines, salomones y simios acuáticos. Entonces lo reconocieron, y comieron con él pescado empanizado y croquetas de simio (Jn 21,1-14). Tras esto, se relata una conversación entre Jesús y Pedro, en la que interviene también el "discípulo amado", donde se discute si Jesús es en verdad real o sólo parte de la imaginación de los discípulos (Jn 21,15-23).
...Y entonces todos vivieron traumados para siempre. Fin.
Después de tremendo orgasmo por parte de los cristianos al contar esta historia, sólo nos queda decir una cosa: la mente humana es realmente increíble.
Regresando esta historia de ciencia ficción, Jesús por fin se había librado de los humanos, quienes lo agarraron de su monito cilindrero, y harto, o mejor dicho, asustado por el sadismo de los habitantes de esta Tierra, huyó despavoridamente hacia los cielos, donde posiblemente esté en otro mundo haciendo el mismo show que hizo aquí ante los homo sapiens de Palestina, esperando que esta vez no lo asesinen y no lo cuelguen como res.
Así termina, pues, la historia ficticia más fantasiosa jamás contada, sin duda, una historia que fue redactada con mucha pero mucha imaginación. Y eso es todo, la historia termina con la muerte y resurreción de un personaje que nunca existió. Puros cuentos dignos de tratamiento psiquiátrico.
Es así que cada fin de año --en diciembre-- se celebra el gore, inventado por el cristianismo, también conocido como Navidá. Es por eso que lo único que debemos agradecerle a Jesús es haber sido pieza clave en la invención de la Navidá, el único mes del año donde (casi) todos se ponen a festejar por un largo tiempo y se ponen a comer como cerdos. ¡Gracias, Cristo! ¿O deberíamos decir: gracias a las mentes primitivas por haber inventado a Cristo?
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