Dios nos ama tanto que ha hecho del mundo un mar de sufrimientos. Entre conflictos, guerras y abundante violencia, Dios nos envía un mensaje muy claro: nos ama más que nunca. ¡Viva nuestro salvador!
El 2014 se termina, y es momento de agradecer a Dios todopoderoso por tantas bendiciones que nos dio a largo de este año. Como por ejemplo: las sangrientas guerras en Medio Oriente --ahí donde su hijo aterrizó hace más de dos mil años--, la guerra en Ucrania, los aviones desaparecidos, derribados o accidentados donde cientos de personas perecieron. Los conflictos sociales y políticos en varias partes del mundo, donde la sangre corrió y la violencia se desató. Gracias a Dios por la pobreza, la hambruna que no se detiene, y por supuesto, uno de los grandes regalos de Dios este año: el ébola.
¡Gracias Dios por enviarnos el ébola! Sin duda, este virus mortal fue una muestra de su inmenso poder y amor, y fue también la muestra de lo lejos que estamos del Creador, pues el ébola fue una amenaza suya para que nos arrepintamos y todos lo aceptemos en nuestro corazón, porque él es nuestro creador. ¡Qué grande eres, oh, Grandísimo Dios!
Para el 2015, esperemos que nuevamente nosotros sus hijos seamos bendecidos con sus caricias, pues de seguro que nos hará el glorioso favor de hacer más guerras, muertes, derramar sangre (sobre todo de niños y niñas de todo el mundo), violencia y mucho pero mucho dolor, llanto y tristeza, como sólo Dios sabe hacerlo.
Rezaremos para que no nos falle y tengamos lo más pronto posible --desde el 1ro. de enero-- sus sagrados abrazos llenos de sufrimiento y terror.
Gracias, Dios, gracias por un año más de terror y sufrimiento. Amén.
Fotos | AP
Reviewed by José L. Bravo
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9:15 p.m.
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